jueves, 30 de junio de 2016

Día 1: ¿Cómo hago para querer orar todos los días?


Día 1: ¿Cómo hago para querer orar todos los días?

1) "Humildad"
El principio de una vida de oración es la humildad. Si creo que puedo manejar mi vida sin Dios, enfrentarme a cada día sin declararle que lo necesito desesperadamente, si creo que algo puede funcionar bien sin Él, entonces, nunca tendré la verdadera necesidad de orar.
Una reconocida mujer de Dios dijo una vez: “A veces me siento tan desesperada y débil. Creo que por eso me usa Dios. Porque no dependo de mi propia fuerza”.
La oración diaria comienza con una pregunta: ¿Qué tanto considero que necesito a Dios el día de hoy? ¿Podría ser que la falta de oración fuera un reflejo del orgullo en nuestro corazón?

2) Necesitas ponerte metas más grandes.
Hemos entregado nuestra vida a una rutina, a un trabajo “fácil de hacer”, a un conjunto de pasos y procesos que seguimos en automático. No aspiramos a mucho más, estamos satisfechos como estamos, tanto que realmente, no ocupamos tanta oración para mantener las cosas como hasta ahora. Nuestra falta de oración, podría también, ser un reflejo de una vida llena de bajas expectativas. Muy pocos, “Señor ayúdame”, salen de nuestro corazón, porque estamos simplemente siguiendo una vida, manteniéndonos vivos, sobreviviendo, sin aspirar a una vida abundante. Querer orar mucho es el resultado de creer firmemente que la oración es necesaria en toda ocasión. No orar es lo opuesto, considerar que no es necesario en toda situación, sólo en algunas. ¿Es necesario o no?, ¿Qué tanto crees que necesitas a Dios hoy?

3) No veas la oración como un deber, como lo correcto que tenes que hacer.
No queremos orar, porque lo vemos como una obligación, como lo que todo cristiano debe hacer para ser un “buen cristiano”. Por lo tanto, cada vez, que nos equivocamos o pecamos, nos sentimos tan malos como cristianos, que lo menos que queremos hacer es orar.
Por qué nos sentimos tan falsos al hacerlo!!??
Porque, olvidamos, que la oración es el poder y la potencia que necesitamos para dejar de pecar y dejar de equivocarnos como cristianos. Es como si un enfermo rechazara la medicina, pensando: "Para qué, si ya me enfermé”, siendo que es para dejar de estar enfermo. Uno ora no sólo porque necesita sino porque la oración es lo único que puede hacer la diferencia y generar la victoria que tanto anhelamos.


4) Convicción + Expectativas
Jesús siempre vivía con una fuerte convicción y expectativa de que su Padre siempre estaba trabajando, “Padre, gracias te doy por haberme oído.” (Juan 11:41). El verdadero trabajo del reino que hacía Jesús no era la liberación de los endemoniados o la sanidad de los paralíticos, era la oración que hacía todo esto posible cuando se presentaba. Oramos para que cuando algo se presente en el día, tengamos la fuerza, la fe, la convicción y la autoridad para enfrentarlo y resolverlo. Si viéramos la oración como el poder para ver los milagros, orar por enfermos y ver personas sanadas, vencer nuestros hábitos y adicciones ¿No oraríamos más?
El asunto es que consideramos el orar como un deber, no como un Poder.


*Conclusiones
¡Debemos entender que orar afecta el futuro!
John Wesley decía: “Nada sucede hasta que oramos por ello”.
La oración del justo puede mucho!! No, dice: debe, parece, aparenta o se siente mucho; dice: Puede mucho!!!

*Ideas para tu Oración de Hoy
Hoy o mañana temprano que ores responde en una libreta las siguientes preguntas:
1. ¿Cómo describirías la vida que llevas de oración?
2. ¿Cuáles son los retos más grandes que enfrentastes, al querer hacer diariamente un tiempo, para realmente conectarte con Dios?
3. Invierte un poco de tiempo, diciéndole a Dios, como te sientes, con respecto a estas dos preguntas.


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