martes, 9 de agosto de 2016

Pastor y esposa de pastor de la Iglesia Universal.





Soy obrera de la Catedral principal de mi país una iglesia grande, donde trabajo y concurro durante la semana y fines de semana, Viajo al interior el país con mi familia en una finca que tenemos en una ciudad muy pequeña. Allí  existe una IURD, a la que concurrimos todos los domingos.


La iglesia es muy simple, El aire acondicionado dio lugar al buen y viejo ventilador, los bancos acolchonados blancos de la catedral “como dicen los obreros”  son sustituidos por los buenos (o malos) y viejos bancos de madera(o de palo), damos gracias a Dios cuando el pastor dice que nos pongamos de pie (a diferencia de los de la catedral y sedes regionales, donde se podría hasta dormir en sus bancos confortables).

En esta iglesia hay un pastor titular y su auxiliar. Apenas dos pastores para atender la demanda espiritual de una ciudad entera, bien diferente a mi iglesia que tiene 7 pastores.
En estos días, en un viaje entre la Catedral y el interior de mi país, la esposa del pastor sufrió un grave accidente y termino en terapia intensiva. La iglesia se conmovió. Todos imaginaron que al día siguiente el pastor auxiliar iba a realizar la reunión, pero, para nuestra sorpresa, allí estaba el pastor titular, predicando con una fe increíble, como si nada hubiera pasado. Al contrario, estaba bendiciendo la vida del pueblo que el Señor Jesús confió en sus manos.

Cuando el pastor auxiliar de la iglesia se casó, nos llamó a los pocos obreros y obreras que había aquella iglesia para ayudarlo en la mudanza. Las únicas cosas que el pastor y su esposa tenían eran apenas una caja de cubiertos y platos y una maleta de ropa. Incluso fue mi familia y yo quien le  obsequiamos la maleta.

En otra ocasión la esposa del pastor de una de las sedes regionales de mi cuidad  me llamo para que la ayudase en la mudanza. Las únicas cosas que trasportamos de sus pertenecías fueron sus maletas, solo eso, solo eso. Auto y casa se quedaron y el pastor se fue.

El pastor de la Iglesia Universal es así, no tiene auto, no tiene dinero, no tiene indemnización, no tiene casa, no tiene simplemente nada, apenas su ropa y su esposa.
El pastor y la esposa de pastor de la Iglesia Universal no tienen derecho de llorar una eventual muerte de un ser querido. El pastor y la esposa de pastor de la Iglesia Universal no tienen derecho de descansar, de divertirse, se entretenerse, de juntar bienes. Eso porque la vida  del pastor y de su esposa no les pertenece, le pertenece al alta, al pueblo, al Señor Jesús.

Muchos chicos y chicas de 15,16,18 años, cuando ven al pastor y a la esposa regional de su iglesia o al obispo de su catedral andando en un auto importante, haciendo y deshaciendo, y luego piensan; “Quiero ser pastor o esposa de pastor”.

Muchos entran en la Obra con esa visión: ser servido, dar órdenes, ser jefe de alguien. Pero cuando se encuentran con una realidad muy diferente, muchas veces hasta pesado hambre, estos mismos chicos y chicas llaman a la casa de su madre pidiendo regresar, o entonces se van a otra denominación, para tener unto e iglesia grande.

El único derecho del pastor y de su esposa de la Universal es servir y bendecir vidas ajenas, es salvar almas del infierno, es curar, liberar. El único derecho del pastor y de su esposa de la Universal  es el galardón que lo aguarda en la Nueva Jerusalén.
Muchos pueden pensar que los pastores y esposas están perdiendo. Al contrario, están ganando.

Hoy en el atrio, disfrutando de todo lo que Dios me presta, casa, trabajo, lujos y gustos. Sin embargo, tengo conciencia de que mis pastores y esposas, que no poseen nada de esto tiene un mayor privilegio mucho mayor que el mío, el de estar encima del altar. Eso es mejor y mucho más precioso que tener todo este mundo en sus pies. Es más precioso que tener todo el dinero de este mundo en sus manos. Ahora viendo todo esto soy consciente de mi deseo de servir en el altar, amigo y amiga lector quiero que usted también tenga conciencia de ellos si su  deseo es servir al Dios de Israel en el altar.  

Que el Señor Jesús bendiga a todos.

-Estudio Nacidos Para el Altar- 

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