La Discreción
Hoy vamos a hablar de una parte de nuestro cuerpo muy pequeña, pero al mismo tiempo es muy grande haciendo daños irreparables cuando no es utilizada de la manera debida. Primeramente, piense en alguna persona indiscreta, chismosa, que no puede escuchar ni tampoco ver nada que pasa a su alrededor, porque todo lo que ve o escucha no puede guardárselo para sí sola, le pica la lengua y tiene que decirsélo a todo el mundo.
Así, ella hace eso por el simple placer de hacerlo, o para mostrar que sabe todo lo que ha ocurrido.
Hoy vamos a hablar de una parte de nuestro cuerpo muy pequeña, pero al mismo tiempo es muy grande haciendo daños irreparables cuando no es utilizada de la manera debida. Primeramente, piense en alguna persona indiscreta, chismosa, que no puede escuchar ni tampoco ver nada que pasa a su alrededor, porque todo lo que ve o escucha no puede guardárselo para sí sola, le pica la lengua y tiene que decirsélo a todo el mundo.
Así, ella hace eso por el simple placer de hacerlo, o para mostrar que sabe todo lo que ha ocurrido.
Sin embargo, la verdadera razón de por qué tal persona tiene esta actitud no es relevante, lo más importante es percibir que no es confiable, los otros comienzan a alejarse de ella. Hay que hacer notar que, cuando está cerca de algunos, muchos de ellos quedan en silencio, ¿por qué será?
Mientras tanto, los que se aproximan de ella es porque quieren saber algo, puesto que ella siempre se lo va a contar.
Esta actitud es muy fea y lo peor de todo es que la persona no consigue darse cuenta que eso no forma parte del carácter de Dios, porque para ella es algo normal y agradable.
Si quiere ser una mujer confiable, a quien las personas estén seguras para expresar o hablar algo en serio, entonces sea discreta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
me gusta