Día 6: EL AMOR NO SE IRRITA FÁCILMENTE
“Mejor es un hombre paciente que un guerrero; mejor es que controle su Espíritu que conquistar una ciudad.”
Proverbios 16:32
El amor es lento en ofender y listo para perdonar. Usted se irrita y se ofende fácilmente? Algunas personas usan esta frase como lema: “ No pierdas tiempo en quedar enojado con tu esposa (o).” Cuando algo sale mal, pueden encontrar rápidamente una manera de beneficiarse, expresando lo mucho que se sienten frustrados o heridos.Pero esta reacción es lo contrario del amor.
Irritarse fácilmente significa “estar cerca de la punta de un cuchillo.” No sin ser herido. Las personas que se enojan fácilmente son cerradas, oprimidos y listo para reaccionar.
Si está bajo presión, el amor no se irrita. Los problemas pequeños no crean grandes contraataques. La verdad es que el amor no irrita o causa heridas, a menos que exista una razón legítima y justa delante de Dios. Un marido amoroso permanecerá calmo y paciente, mostrando misericordia y conteniendo su temperamento. La rabia y la violencia están fuera de discusión. La esposa amorosa no es extremadamente sensible o malhumorada, pero ejercita el autocontrol emocional. Ella prefiere ser una flor entre los espinos y responder amigablemente las situaciones difíciles.
Si usted está caminando bajo la influencia del amor, será motivo de alegría, no de dolor. Pregúntese a usted mismo: "Yo soy una suave brisa o una tormenta esperando para actuar?"
Por qué las personas se irritan fácilmente? Existen, por lo menos, dos razones principales que contribuyen para eso:
- Estrés. El estrés nos sobrecarga, absorbe nuestra energía, debilita nuestra salud, y nos deja malhumorados. El estrés puede ser causado por problemas de relación; discusiones, divisiones y tristezas. Existen las preguntas de exceso: trabajas mucho, juegas mucho y gastas excesivamente, y existen las deficiencias: no descansar, no alimentarse y no ejercitarse lo suficiente. Muchas veces, nos sometemos a esos males, y eso nos vuelve irritables.
La vida es a las corridas, no una carrera de 100 metros. Esto significa que debe equilibrar, priorizar y medir sus pasos. Con frecuencia no tomamos precauciones y salimos disparados, haciendo lo que es correcto en el momento. Pronto nos quedamos sin aire, atrapado en la esclavitud y al punto de hablar con dureza. El aumento de la presión puede acabar con nuestra paciencia y en consecuencia con nuestra relación. La Biblia puede ayudarnos a evitar el estrés que es perjudicial para la salud. Nos enseña a dejar que al amor guiar nuestra relación y no caer en discusiones innecesarias (Colosenses 3: 12-14). A orar por nuestras ansiedades en lugar de tratar con ellos por nosotros mismos (Filipenses 4: 6-7). A delegar tareas cuando estamos sobrecargados (Éxodo 18: 17-23). Y evitar los placeres excesivos (Proverbios 25:16).
La Biblia también nos dice que debemos guardar el "sábado", tomar un día a la semana para adorar y descansar. Estratégicamente esto nos permite recargar la batería, ajuste el enfoque y añadir tiempo para respirar en nuestra agenda. El establecimiento de este tipo de espacio adicional hace que los impactos de las presiones que nos rodean estén amortiguados por la reducción del estrés que nos mantiene en el borde con nuestro cónyuge. Pero hay una razón más profunda que contribuye a que una persona se enoje fácilmente.
- Egoísmo. Cuando se irrita con facilidad, el corazón del problema es principalmente un problema del corazón. Jesús dijo: "Porque de la abundancia del corazón, habla la boca" (Mateo 12:34). Algunas personas son como el limón: cuando la vida aprieta, liberan una respuesta agria. Algunos son más como Peach: Cuando se pulsa, la respuesta sigue siendo dulce.
Enojarse con facilidad es un indicador de que un área oculta del egoísmo y la inseguridad está presente donde el amor debe reinar.
Pero el egoísmo también lleva muchas otras máscaras:
La codicia, por ejemplo, es el resultado de ser agradecido por lo que tienes y eliges ponerte una máscara o te enamoras de algo que está prohibido. Cuando el corazón es ambicioso, el se enoja y se frustra fácilmente (Santiago 4: 1-3). La amargura se arraiga cuando respondemos de manera crítica y nos negamos a lidiar con nuestra ira. La ira no resuelta en una persona amargada sale cuando se le provoca (Efesios 4:31). La codicia por más dinero y posesión que tengamos nos frustran con deseos inalcanzables (1 Timoteo 6: 9-10). Estas pasiones fuertes, junto con la insatisfacción, nos hacen ofender a todo aquel que está en nuestro camino. El orgullo nos lleva a actuar con dureza para proteger nuestro ego y su reputación.
Estas motivaciones nunca están satisfechas. Pero cuando el amor entra en nuestro corazón, nos tranquiliza y nos inspira a tener el control de nosotros mismos. Libera nuestro entendimiento y nos ayuda a liberar las cosas innecesarias.
El amor nos llevará a perdonar en lugar de guardar rencor. El ser agradecido en lugar de ser mezquinos. A estar satisfecho en vez de estar listo para entrar en una deuda. El amor nos alienta a permanecer felices cuando el otro es exitoso, en lugar de perder el sueño siendo envidioso. El amor dice: "compartir la herencia" en lugar de "disputar con su familia." El amor nos recuerda que debemos dar prioridad a la familia en lugar de sacrificarlo para una promoción en el trabajo. Al final, el amor disminuye el estrés y ayuda a combatir el veneno que puede crecer dentro de nosotros en cada decisión que tomamos. Así que prepararemos nuestro corazón para responder a nuestro cónyuge con paciencia y aliento, en lugar de responder con ira e irritación.
≈ Desafío de hoy ≈
Elige hoy reaccionar de una manera amorosa, a pesar de las circunstancias de su matrimonio. Comience por hacer una lista de las áreas en las que usted necesita tomar tiempo para respirar. Luego, haga una lista de las cosas negativas, para dejarlo ir.
- Anote aquí cuando haya terminado el desafío.
¿En qué áreas de su vida tiene que establecer límites? ¿Cuándo fue la última vez que reaccionó excesivamente? ¿Cuál fue la motivación detrás de esto? ¿Cuáles fueron las decisiones que tomó hoy?
“Así que siempre trato de mantener mi conciencia limpia ante Dios y el hombre.”
(Hechos 24:16)
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