El Sacrificio

"Entraré en tu casa con holocaustos; te pagaré mis votos, que pronunciaron mis labios y no habló mi boca, cuando estaba angustiado.

Holocaustos de animales engordados te ofreceré, con sahumerio de carneros; te ofreceré en sacrificio bueyes y machos cabríos." 

Salmos 66: 13-15

Cuando uno sacrifica, según el motivo que tenga, lo hace sabiendo que es de su propia voluntad. Sabiendo que es para agradecer a Dios por todo lo que le da. Es sinónimo de alabanza, por las bendiciones que se nos fueron entregadas y por las que van a venir.

Aunque hay muchos que lo hacen para obtener una recompensa por todo lo que hace para Dios, pero nunca para agradecerle, no tienen consideración para con Él.

Es por esa razón, que las mayoría de estás ofrendas, no dan su resultado o la respuesta esperada.

No siempre debe ser para pedirle a Él que obre para nosotros sino para dar gracias por las grandes obras que Él hizo en nosotros. 

El sacrificio, debe ser sincero, honesto y justo, porque nos representa ante Dios. Es la muestra de que Él ocupa el primer lugar; que nuestra vida y nuestro corazón están depositados en el Altar; que no nos quejamos de pertenecer a este lugar. Sin embargo, muchos desprecian el amor que Él nos tiene.

El sacrificio es la mayor prueba que Dios colocó para poder escudriñarlo todo y conocernos mas a fondo, saber lo que hay dentro de cada uno de nosotros, y de la capacidad que tenemos de oír su voz.

Cuando sacrificamos, no nos hace falta expresar cuanto amor le tenemos, porque Él ya lo sabe. 

Cuando sacrificamos, dejamos todo nuestro yo a disposición de Dios.

Ese es el verdadero sacrificio. El que se da por amor a su Santo nombre; por la innumerables misericordias que recibimos, sin pedir nada a cambio; por la libertad, que se nos fue concedida; y por tantas, otras cosas mas.

Les pido, que antes de entregar su sacrificio, piensen y mediten, si lo hacen por amor a Dios o sólo porque todos lo hacen.

No de al diablo el motivo que necesita para reírse de usted. Sea consciente y sabio!!